CRONICAS DEL ANTIATLAS. EL SEÑOR SED



 Irifi Sidi Muley Hassan (le he cambiado el último nombre) es un hombre de edad madura, gran bigote y turbante blanco, que se pone a cantar en el momento más insospechado de la conversación que uno mantiene con él.
 Pasa del habla al canto y del canto al habla de una manera asombrosa por lo natural del hecho.


 La misma frase que empieza hablando tranquilamente puede acabarla cantando a borbotones.
 Con esta cualidad no es de extrañar que se convierta en un casi imprescindible animador de fiestas y reuniones.




 Depende de lo que estemos hablando, él improvisa o canta alguna estrofa conocida, canta sobre Sidi Rebbi - Dios, Alá-, sobre la lluvia, la cebada,los senderos, el amor... esas cosas sobre las que siempre cantan los raïss, los poetas-cantores bereberes...
 También es un talb que sabe mucho del Corán.
 Resulta que se quiere dar cierta importancia presentándose con su nombre completo, cuando no es práctica habitual en los otros Muley que conozco; los Muley se suponen descendientes del profeta Mahoma, por lo que tradicionalmente han contado con un respeto más o menos especial por parte del resto de la población, limitándose su uso en la práctica de hoy en día al tratamiento Sidi o Muley, en vez de su nombre de pila.
 No mucho más.
 Pero yo, como además es viejo, y sobretodo porque me cae bien, le sigo el gusto, incluso se lo doro.
 A la vez es zahorí , encuentra agua en las montañas y en los valles desérticos.
 Pero atención, lo increíble es que su apellido es Irifi, que significa Sed. Es su apellido real, no un apodo, y para colmo, como si no fuera suficiente, es el encargado de los grandes repartos del agua en todos los oasis habitados de alrededor, trabajo de gran categoría social, modelado a través de los tiempos en un elaborado sistema de repartos y particiones.
 El Señor Sed se ocupa de todos los trabajos relacionados con el agua.
 Es obvio, jamás un nombre fue tan acertado, no podría llamarse de otra manera.
 Cuando la conversación decae, y periódicamente te suelta el mismo chorro de palabras en español "izquierda, qué pasa hombre, media vuelta, mujera...".
 Que las palabras sean de claro origen castrense no es de extrañar, ya que la vecina Ait Baamaran fue "española" durante muchos años, sobretodo cuando el Señor Sed era pequeñito.
 Así se le puede suponer una infancia en la que vio soldados haciendo la instrucción en nuestro idioma.
 Es curioso, unas de las pocas palabras en español que por aquí algunos conocen es siempre mujera, no mujer.
 Me pregunto si se lo han enseñado mal los unos a los otros.
 Ayer me dio un solo beso en la mejilla, otra cosa rara, pero en serio que nadie piense mal.
 Es raro porque existen muchos saludos que incluyen un beso, pero no uno sólo, de dos hacia arriba si es en las mejillas, o, si somos familia o nos tenemos muchas confianza nos besamos en el hombro del contrario mientras palmeamos nuestras espaldas. Sobretodo entre los hombres, las mujeres se suelen besar una y otra vez la misma mejilla mediante pequeños y repetitivos golpecitos. A los abuelos y abuelas se les besa en la frente, normalmente encima del turbante o del pañuelo. El beso en la mano también existe, expresa agradecimiento y un reconocimiento hacia a la otra persona, casi de inferioridad, incluso sumisión. Por ejemplo un niño siempre intentará besarte la mano, o alguien más joven  a alguien más mayor. Lo normal es retirar la mano antes de que ésta llegue a sus labios, es una muestra de cercanía y educación hacerlo.
 Todo un complejo protocolo por todos conocido.
 Y además, y esto sí es insólito entre estas gentes donde la humildad se considera una virtud, es el único que abiertamente da por sentado que el té le saldrá delicioso. Yo a esto señalo hacia arriba en referencia a la voluntad de Sidi Rebbi.
 El ríe.
 Y canta.

 Yyih a wa! Isres-ed lbrrad nàmmer atay
 Yyih a wa! Iga SbaH làid, ilul wyyur
 Yyih a wa! Liqamt n ljdid ura lkisan
 Yyih a wa! IferH ukan ignna ura akal 

 Yyih a wa! Ukan nger i rribab làaql imun (1)
 
Un torbellino de risas y canciones revuelven toda la casa hasta que se marcha, como mínimo, un par de días después.
 Aquí el tiempo se mide de otra manera. Quedarse menos sería casi ofender, por favor, un poquito de educación...


(1)
Oh sí!, venga la tetera para preparar el té
Oh sí! Mañana es la fiesta, es la alegría
Oh sí! Venga la menta y los vasos
Oh sí! Alegría en la tierra y en los cielos
Oh sí! Entonces, todo contento, yo juego con mi rribab 

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