BRAHIM SE SUBE A LA PATERA



 La aventura de Brahim España.

 Brahim era casi un cero a la izquierda, un chiquillo, de apenas 18 años, tomado por un niño por cualquiera que le sobrepasara en edad. Vivía con su familia, erjales recién sedenterizados, pues era la primera vez que se habían hecho una casa, en la parte más pobre, en las afueras, allí donde no había ni agua ni luz, y la tierra no valía nada.
 Además el destino no había sido demasiado amable con ellos. Siendo muy pobres, el padre se cayó de una palmera y quedó inválido, el hermano se cayó al pozo familiar de niño y había quedado con una gran cojera por culpa de un nulo tratamiento, la hermana gangosa, él se buscaba la vida de arriero y en ocasiones como albañil-niño con un salario patético. 3 euros al día.
 Causó cierto revuelo en el oasis el día que se supo que había conseguido cruzar en patera a Fuerteventura.
 La frase más murmurada fue: si un niño, ha conseguido cruzar, ¿por qué yo no?
 Volvió repatriado al cabo de más o menos mes y medio. Me lo encontré narrando su hazaña en el café Bani, al borde del único asfalto que cruza el pueblo.
 Se había ganado cierta reputación, se hallaba sentado entre chicos más mayores que él, a veces era invitado a algo con tal que contara su periplo, desde que había vuelto era tratado de manera diferente, e incluso había cambiado su nombre pasando de ser uno más de los casi infinitos Brahim de la tribu Id Brahim, a ser Brahim España, había ganado pues, un peculiar apellido que ya no se borraría. La tertulia estaba muy animada, todos buscaban información.
 -¿Te pegan?- . El que preguntaba se refería a la guardia civil.
- No, nunca, te dan comida, una cama limpia y con una gran ponch (1)-. Se refería a su estancia en el centro de internamiento.
- Ves, - decía otro- como si vale la pena.
- Con los 11000 dirham que se ha gastado- respondo cruel - se habría podido comprar una cama mucho más grande y atiborrarse de comida una larga temporada.- E incluso abrir un negocio, esto lo pienso pero me lo callo. No logro convencer a nadie.
- ¿Y sólo repatrían a los marroquíes ?
- Si, - dice Brahim España y se gira hacia mi- Oye, ¿porqué a los negros no los devuelven?, ¿qué pasa con ellos luego?.
- Los reparten por diferentes ciudades, sin papeles, muchos tienen que dormir bajo los puentes, en mi tamazirt, hay muchos así.- Sigo sin convencer.
- A los menores tampoco los devuelven. - aclara Brahim- Yo intenté hacerme pasar por menor pero no coló. Me hicieron la "radio".
- ¿Y tú no sabías que hacían "la radio"?
- Yo, ni idea. En cuanto me la hicieron me enviaron para aquí en un avión.
 La radio es una radiografía del hueso del antebrazo por la cual se puede determinar la edad exacta de una persona.
- ¿Y dónde te dejaron?
- En Nador y sin dinero.- Nador está en la otra punta del país, vecina de Melilla. Nos cuenta las peripecias del viaje de vuelta. Más de mil kilómetros y sin dinero.
- ¿Y dónde lo pasaste peor, en la patera o en el viaje de vuelta?
- En la patera-. Y el moreno se le aclara un poco al decir esto...
-¿Vas a volver a intentarlo?
  No, dicen sus labios, cortésmente, pero sus ojos me responden lo contrario.
 Al rato pasa Ahmed con un Mercedes negro, reluciente, última generación, con matrícula francesa, está pasando aquí sus vacaciones, supervisando la enorme casa de cemento que se está construyendo. Lleva la radio a todo volumen.
No hay color, pienso, y clavo mis ojos en la montaña.

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